S2: Turismo de Reconocimiento
Honrando las posibilidades que trae el turismo, aprendiendo sus consecuencias conquistadoras
Todo turista quiere resolver necesidades no satisfechas en su lugar de residencia. Durante los últimos tiempos se ha diversificado el propósito de turistear. Es decir, se han diseñado tipos de turismo, que nos son más que ampliar la gama de capacidades locales y regionales para obtener derramas económicas que colaboren a satisfacer las necesidades locales, que además sean atractivas a amplios sectores.
Centremos nuestra reflexión en el turismo extranjero. Si afirmamos que el turismo quiere resolver necesidades que no satisface su lugar de residencia, se puede deducir que vienen a llenar huecos, que desean vivir experiencias que no conocen.
Esto significa que se turistea porque se necesita tener lo que no se tiene. Y aunque sea solo mirar un paisaje, es porque se carece de ello en el lugar del que provienen. Pensar que vienen solo a gastar su dinero, un recurso que localmente se necesita, es desvalorar nuestro modo de vida propio. Es decir, lo explicamos en su razonamiento económico, no en la necesidad que satisface.
Razonar desde la Comunalidad, nos lleva a valorar lo que somos y hacemos con nuestra propia lógica, con una visión natural que no se tiene casi en todas partes. Pensar desde lo propio, nos conduce a invertir la interpretación de la acción turística. Implica sabernos maestros de un razonamiento que no se tiene en los lugares que habita el turista. Que damos lecciones de una civilización que nuestros antecesores han guardado con mucho celo. Que nuestro modo de vida muestra una diferente manera de interpretar la vida, fuera del racismo, del clasismo, del economicismo.
Lo que compra un turista lo ostenta en su lugar de origen, lo porta con orgullo, con satisfacción. Esto significa que no lo tienen, es decir que aprenden. Que nuestra manera de ser, les anima a soportar lo que no encuentran en su lugar. En otras palabras, somos transmisores de conocimientos o de haceres que son de beneficio mundial, que les contribuimos a que perciban que existen otros mundos posibles.
Claro, esto puede interpretarse como una romántizacion de lo nuestro, pero no, es dignificar nuestros modos de ser, es reconocer que damos lecciones de vida, que satisfacemos necesidades ajenas. Dado que el significado de Guelaguetza, encarna las profundidades de una Civilización, debemos y deben entender los que visitan Oaxaca, qué asistir a una celebración es su oportunidad de saber que existen alternativas de vida que se oponen a entender que en la vida todo es lucro.
Que quede claro, esto no quiere decir que echemos en saco roto las lecciones de que este proceso amplía el poder de capitales también extranjeros. Que en las relaciones de mercado, nuestra geografía contribuye al proceso de invasión, de extracción de recursos, de explotación de nuestro trabajo. Por lo mismo reconozcamos al que llega y reconozcamos nuestra aportación a la vida.
